El uso de mascarillas tiene dos grandes inconvenientes para las personas con pérdida deaudición: Por un lado, no pueden apoyarse en la lectura labial; algo que incluso algunos que no tenemos pérdida de audición hacemos de modo inconsciente en algunas ocasiones. Por otro lado, las mascarillas, dependiendo del grosor, atenúan entre 3 y 12 decibelios de sonido en frecuencias agudas. Son precisamente estas frecuencias agudas las que aportan claridad a la voz. Además las mascarillas incrementan algunas frecuencias graves. Todo esto produce tal distorsión sonora, que todavía no está claro el efecto que producen sobre la comprensión del habla.
Cuando los audioprotesistas adaptamos audífonos, lo hacemos en base a unas reglas de cálculo elaboradas para compensar la pérdida auditiva. Una de las principales reglas de cálculo es la de los laboratorios nacionales de acústica de Australia(NAL). Con el uso de la mascarilla, estos laboratorios ofrecen a los audioprotesistas una serie de compensaciones en la adaptación de audífonos cuando usan sus reglas de cálculo. Algo que se puede hacer añadiendo en los audífonos un programa específico para estas situaciones. Los usuarios pueden cambiar de programa de escucha en función del entorno en el que se encuentren.
Afortunadamente, los avances tecnológicos, permiten adaptar audífonos con conectividad. Por lo que mediante una aplicación móvil, el propio usuario puede cambiar de programa auditivo e incluso modificar algunos parámetros para mejorar su inteligibilidad en diferentes entornos.
David Pérez Bescós
Director técnico del centro auditivo Cilveti de Pamplona.